jueves, 6 de octubre de 2011

De Canalladas Políticas Y Otros Sucesos Universitarios

  • “(…) El movimiento estudiantil debe ser menos tímido. Nuestros proyectos deben ser más ambiciosos. No alcanza con mantener intacta la actual Universidad simplemente dotándola de mayor cantidad de dinero. ¡Hay que cambiar de raíz esta universidad, que hoy es legitimadora del orden capitalista dependiente y de su cultura colonial!”  
Nestor Kohan



Se convierte en un dilema saber que causa más ira, enojo, cólera, furia, indignación, irritación, vesania o mejor, cabreo; si la miopía mental de un movimiento estudiantil que no sabe para dónde va y que más que movilizar desmoviliza, o, la canallada política de una administración que con encuestas de cinco pesos quiere meternos los dedos en la boca y decirnos que aquí no pasa nada.

La lógica del capitalismo es muy clara: todo es una potencial mercancía. Hace algo más de ciento cincuenta años algún viejito con barba protuberante nos lo dijo cuando nos hablaba del fetiche de la mercantilización.

La educación superior, -como ya ha ocurrido con la educación básica y básica secundaria en Colombia a través algunos decretos lanzados el año pasado, que además desfiguran el derecho a la salud-, no está fuera de esta lógica del capital. Como es claro, esta mercantilización tiene ciertas características en este momento histórico:La desnacionalización de la institucionalidad debido a la necesidad de insertar la educación en la economía global o, para entenderlo mejor, estructurar la educación superior con programas negociados con la banca transnacional que si lo llamamos por su nombre podemos decir: “con el imperialismo”. Lo que es complejo, y así mismo resulta doloroso, son las consecuencias que trae esta privatización para el pueblo en general y la comunidad académica en particular: formación técnica del conocimiento, pérdida de autonomía académica y en investigación, bienestar universitario cada vez más paupérrimo, condiciones laborales menos dignas, colonización económica política y cultural a mayor grado etc.

Ahora bien, en la Universidad de Antioquia y ante esta situación, ocurren hechos que pocas veces la ficción puede superar. Por un lado ante la reforma a la ley 30 como salto en la privatización y mercantilización de la educación pública se empieza a generar a nivel nacional una organización (ahora sí movimiento estudiantil) mediante mesas amplias a nivel nacional, regional y local para cumplir, entre otras tareas, con la preparación del Paro Nacional; todo esto muy bien, hasta que la asamblea general de estudiantes decide un paro ¡aquí y ahora! sin preparación, utilizando la teoría del “efecto dominó” para impulsar las otras universidades del país, generando, entre poco, un PARO LITERAL porque no mas que vacio y vacía quedó la universidad y con efectos claros de desgaste en los sectores inconscientes y deslegitimación de ciertos espacios universitarios.

Por otro lado resulta irónico escuchar a la administración hablar de democracia y deliberación cuando en los últimos semestres a los únicos que se les ha permitido hablar es al bolillo y a los gases, y a las cámaras escondidas que no permiten, ni siquiera, una entrada segura al baño. O más paradójico resulta por parte de la administración desconocer una crisis que se agudiza con cada ingreso de la fuerza pública, dinero gastado en TIP o edificios brillantes mientras hay necesidades apremiantes en los estudiantes.

ANTE ESTO SÓLO QUEDA DECIR

A los estudiantes: que se debe equilibrar una tangible inmadurez política con unas condiciones objetivas ya dadas para enfrentar esta gigantesca lucha por la defensa de la Educación Pública colombiana y lograr las reivindicaciones que no pueden separarse de la pelea por un mejor país. 
y
A la administración: que con su actuar están generando una clara agudización de las contradicciones que, como es ley general, explotan de alguna forma siendo ejemplo de esto el 15 de septiembre del 2010.

Cabe preguntarnos entonces, qué hacer ante tal encrucijada; mantener un paro que aunque vacío paro, o claudicar por este año y madurar para emprender una lucha de verdad por la educación y por la Universidad en la que se acaben las arbitrariedades administrativas. Lo que sí es claro es que no podemos perder nuestra capacidad de asombro, porque… de que hay crisis en la Universidad de Antioquia, hay crisis.

Por Gustavo Rojas

Tomado de :  http://www.plano-sur.org 

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